En Invierte en Tu Descanso nos gusta daros trucos para ahorrar que os permitan vivir más desahogados. En el post de esta semana vamos a daros algunas claves para renegociar tu hipoteca y salir ganando.
Si eres de los muchos ciudadanos que ha tenido que recurrir a un préstamo hipotecario para poder financiar la compra de su casa, no pierdas detalle. Con las nuevas condiciones económicas que han dejado el euribor en valores mínimos -incluso negativos-, renegociar tu hipoteca puede suponerte un ahorro importante. Te contamos cómo.
Renegociar tu hipoteca es un derecho que viene recogido en la Ley 41/2007 de Regulación del Mercado Hipotecario que reconoce una serie de condicionantes para mejorar las condiciones de nuestro préstamo hipotecario, entre ellas el hecho de que las condiciones del mercado sean más favorables. Como es el caso actual.
El titular de la hipoteca puede renegociar su hipoteca de dos formas. O bien mediante la novación que supone mantener la hipoteca en su actual entidad bancaria y negociar con ella las nuevas condiciones; o la subrogación, trasladarla a otra entidad con la que hemos negociado unas nuevas condiciones.
Novación de la hipoteca
La novación es más sencilla ya que no requiere de tantos trámites ni papeleos y los costes notariales son menores. Podemos cambiar una o varias cláusulas del contrato hipotecario para obtener mejores condiciones. Podemos renegociar el tipo de interés, la cuantía del préstamo, el plazo de amortización, añadir o eliminar titulares.
Si nuestro tipo de interés actual no se adapta a las condiciones del mercado tenemos la opción de negociar con la entidad y obtener unas condiciones más ventajosas. Aunque debes saber que la entidad no está obligada a mejorar nuestras condiciones, si esto ocurre, siempre puedes optar por cambiar de banco.
Si lo que queremos es cambiar el tipo, de fijo a variable o al contrario, en este caso el gasto es mayor ya que requiere de un nuevo contrato. Si optamos por ampliar o reducir el plazo de amortización o pedir más dinero, también supone un nuevo contrato y habrá que pagar una serie de costes e impuestos que establece la legislación, además de comisiones bancarias que aplica la entidad por estos servicios.
Con la novación nos ahorramos los gastos de cancelación del préstamo. No hay que cesar un contrato para firmar uno nuevo. Sirve el actual pero mejorando las condiciones.
Subrogación de la hipoteca
En la subrogación en cambio si hay que soportar más costes. Habrá que cancelar el contrato actual y generar un nuevo préstamo hipotecario que supone un gasto notarial considerable. Además, hemos de tener en cuenta que puede ser que el nuevo banco nos mejore las condiciones (plazo de amortización, tipo de interés…), pero pueden haber gastos extras al obligarnos a contratar determinados servicios adicionales (seguros, servicios bancarios…) o estaremos obligados a cambiar nuestras domiciliaciones de recibos y/o nóminas.
Al optar por una subrogación, nuestro banco actual tiene derecho a hacer una contraoferta. Estúdiala con detenimiento puede ser que te resulte más ventajoso seguir con ellos y realizar en este caso una novación con las nuevas condiciones.
Según explica el BBVA, en términos generales la subrogación resulta un proceso rentable para créditos con bastante capital pendiente de pago y durante un largo periodo, ya que así se puede amortizar los costes que genera.
Para poder renegociar tu hipoteca debes cumplir una serie de requisitos. Uno de ellos es que debes estar al corriente de pago y debes haber subsanado parte de la deuda, como mínimo tres años.
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