En Invierte en Tu Descanso analizamos la necesidad de tener coche propio o si sería mejor utilizar otros medios de transporte como moverte en taxi o en transporte público.
El parque móvil español supera los 30 millones de unidades. Son muchos los hogares en los que hay varios coches. Por tanto, el automóvil es uno de los elementos que más resta del presupuesto familiar. ¿Hay otras alternativas que nos permitan reducir el gasto? ¿Moverte en taxi?
¿Cómo son tus desplazamientos?
Si nos paramos a pensar para qué utilizamos el coche, en muchos casos veremos que nuestros desplazamientos son fijos, ir del trabajo a casa o a la inversa, hacer la compra, desplazarnos por la ciudad.
En muchos de estos desplazamientos es posible utilizar otro medio de transporte como el transporte público, coches compartidos, taxis. Estos medios son más económicos que lo que cuesta mantener un coche y los gastos que supone su uso.
Si utilizas el coche para realizar viajes largos, otra opción es recurrir a un coche de alquiler. Pagas por el servicio y te olvidas de los gastos que supone mantener un coche.
Gastos de tener un coche
El coche está claro que nos da comodidad, pero esta comodidad tiene un precio, que si lo calculamos sale muy caro para la economía familiar. Veamos los gastos que implica tener un coche.
El primer desembolso es la compra del coche. Hoy en día, el precio de los automóviles se ha incrementado sustancialmente. Siempre se puede optar por adquirir un coche de segunda mano, cuyo precio es menor.
Para que un coche pueda circular debe tener los permisos, seguros y revisiones ITV en regla. Estos son gastos a añadir. Impuesto de circulación, seguro del automóvil, pago de las inspecciones técnicas. Unos gastos que varían según el tipo de vehículo, pero que pueden superar con creces los 500 euros anuales.
Gasto de combustible, aceite, ruedas… Según el uso que le demos a nuestro vehículo el gasto en combustible será mayor. También gastamos otros consumibles: aceite, baterías, ruedas, anticongelante, limpiaparabrisas. Son gastos que deben anotarse en el debe de nuestro balance.
El mantenimiento. Un coche supone tener que visitar el taller de vez en cuando, para realizar labores de mantenimiento y en otros casos para reparar averías. Estos gastos pueden llegar a ser elevados, sin tenemos la mala suerte de que la reparación afecta a piezas de precio elevado.
Aparcamientos. Que nuestro coche duerma bajo techo también tiene su precio. Además, sobre todo en grandes ciudades tendremos que recurrir a pagar un párking para poder estacionar nuestro vehículo.
En definitiva son muchos los gastos que supone tener un coche propio. Según un análisis publicado por la APP Fintonic, el coste anual de tener coche propio, con todo los gastos anteriores incluidos, supera los 1.800 euros, lo que viene a ser unos 155 euros mensuales. Esta cifra se eleva a unos 4.100 euros si al comprar el coche lo financiamos. Las medias son relativas a realizar 50 kilómetros al día.
Estos gastos se eliminarían de nuestra economía familiar si utilizamos otros medios de transporte como el taxi. Solo pagamos el trayecto que realizamos, sin tener que preocuparnos de nada. Eso sí, en el taxi se incluyen otros gastos: «bajada de bandera», precio por kilómetro, precio por el tiempo. Las tarifas son variables, en función de la franja horaria y de la región, provincia. Por lo general, la carrera mínima roza los 5 euros, viene a ser de menos de 2 kilómetros. Pero en esta cantidad, lo más caro es la bajada de bandera (algo más de 2 euros), luego el kilómetro recorrido (un poco más de un euro por Km) y el tiempo transcurrido (unos 30 céntimos el minuto).
Con estas cifras, es lógico pensar que cuantos más kilómetros hagas, más te conviene tener coche. Si realizas más de 50 kilómetros al día, te conviene tener coche propio.
Efectos en el medio ambiente
Los coches contaminan. Si reduces su uso, estás ayudando a mantener el medio ambiente. Optar por otros medios más respetuosos es beneficioso para el planeta.
Compartir coche, utilizar el transporte público, coches eléctricos… todo suma para reducir la contaminación y evitar sus consecuencias.