En Invierte en Tu Descanso dedicamos el post de hoy al llamado impuesto al sol, una tasa que grava el autoconsumo de energía, aprobado en 2015 y que el Parlamento Europeo puede declarar nulo.
Comenzamos definiendo qué se conoce como impuesto al sol y la situación actual en la que se encuentra esta tasa. A continuación analizamos si se puede ahorrar dinero apostando por este tipo de autoconsumo.
¿Qué es el impuesto al sol?
El impuesto al sol es un peaje que deben pagar los consumidores de energía fotovoltaica que generan su propia energía pero que hacen uso de la red eléctrica, bien porque no consumen la energía que necesitan y requieren de un aporte extra o porque vierten en esta red el sobrante que no consumen. Este uso debe pagarse de alguna forma para no discriminar entre consumidores. El impuesto al sol lo deben pagar las instalaciones de autoconsumo con potencia instalada de más de 10kW, que hacen uso de la red eléctrica.
Sin embargo, esta tasa no está bien vista por varias organizaciones que la consideran un freno a las energías renovables. Además desde Bruselas no hay acuerdo y está en discusión su posible derogación. Las únicas formas de librarse del impuesto al sol es instalar menos de 10kW de potencia o hacer la instalación de baterías para evitar el uso de la red eléctrica.
Mientras llega la decisión de la Unión Europea, la Agencia Efe informa de una sentencia dictada por la Sección Tercera de la Sala de lo Contencioso-Administrativo que considera que no existe tal impuesto al sol y señala que el peaje es “una contribución a los costes del sistema cuando un autoconsumidor, además de utilizar la energía generada por él mismo, dispone del respaldo del sistema eléctrico”.
La sentencia explica que el consumidor que apuesta por instalar placas fotovoltaicas y usa la red, “paga por los mismos conceptos» que un usuario que no autoconsume «pero con determinadas modulaciones debidas a la peculiaridad de su perfil de consumidor».
¿Puedo ahorrar yo dinero así?
A la hora de optar por el autoconsumo son muchos los cálculos que deben hacerse para saber cuándo comenzaremos a ahorrar dinero. La primera pregunta que debemos responder es la cantidad de energía que necesitamos, en función de esta cantidad tendremos que instalar más o menos placas solares. Además debemos considerar el espacio necesario para instalar las placas necesarias. También debemos decidir si optamos por usar la red eléctrica o instalamos baterías para evitar pagar el peaje de uso.
En el Blog de Self Bank analizan dos supuestos. El primero si optamos por un kit de paneles y baterías sin estar conectados a la red. Para un consumo medio de 3.487 kWh al año, tardaríamos en amortizar la inversión 18 años, transcurrido este periodo ahorraríamos todo el consumo eléctrico. Para un segundo supuesto, comprar un kit de placas solares sin batería y seguir conectados a la red, pero contratando una potencia que no supere los 10kW para evitar pagar el impuesto al sol. En este caso el periodo de amortización de la inversión será menor a 6 años y a partir de este intervalo de tiempo comenzamos a ahorrar algo más de 160 euros.
Según fuentes de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia en 2017, el impuesto al sol recaudó algo menos de 170.000 euros.
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