La inversión en un colchón debemos verla como un gasto a largo plazo. Es una pieza cuya vida útil suele ser de diez años, siempre y cuando hagamos un buen uso y mantenimiento de ella. En Invierte en Tu Descanso, hoy os queremos ayudar a que esta inversión sea más duradera. Os damos consejos para quitar una mancha del colchón.
Antes de entrar en materia, os damos dos consejos primordiales. Hay que actuar con rapidez, cuanto antes limpiemos la mancha, mejor será el resultado. Actuar según recomiende el fabricante, antes de usar cualquier técnica o producto de limpieza, hemos de leer detenidamente las instrucciones de limpieza que vienen en las etiquetas.
La forma de actuar cuando un colchón se ha manchado, depende del tipo de mancha. Una cosa es limpiar el colchón para eliminar el polvo que se acumula por el uso y otra muy distinta es limpiar un colchón para eliminar una mancha.
Para un buen mantenimiento del colchón conviene limpiarlo mensualmente para eliminar el polvo que acaba concentrándose. Para ello es recomendable apoyar en vertical el colchón sobre la pared o algún mueble y sacudirlo o batearlo suavemente, de tal forma que se desprenden las partículas de polvo y suciedad. También podemos usar la aspiradora pero con una potencia ligera y con el utensilio apropiado para tapicerías y piezas de tela, no debemos ejercer presión sobre el colchón, ya que se pueden desprender las fibras del tapizado y acabar estropeándolo.
Para evitar que la humedad penetre en el colchón, no solo la ambiental sino también la del sudor que eliminamos durante el sueño, es muy útil dejar airear la cama, no debemos hacerla nada más levantarnos, conviene quitar las sábanas y dejar que el colchón se airee durante al menos 20 minutos. Es importante cambiar las sábanas una vez a la semana para evitar que se generen ácaros o bacterias que perjudican nuestra salud y las condiciones higiénicas del colchón.
Estos consejos anteriores nos ayudarán a mantener el colchón en perfectas condiciones de uso durante más tiempo. A ellos hemos de añadir una instrucción más. Siempre que el colchón esté pensado para ser usado por ambas caras, tendremos que darle la vuelta y girarlo de pies a cabeza cada dos o tres meses, para evitar que se deforme. Si solo se debe usar por una cara, únicamente lo giraremos.
Pero, ¿cómo actuamos ante una mancha? Como os contamos antes, lo primordial es limpiar la mancha cuanto antes. Primero, si se ha producido por un desprendimiento de líquido ya sea café, orina, agua…, hay que eliminar los restos de humedad, lo podemos hacer con papel absorbente o con un trapo, presionando ligeramente pero sin frotar para que la humedad desaparezca.
Si eliminada la humedad observamos que no ha quedado mancha, lo siguiente es secar el colchón en profundidad, para ello podemos ayudarnos de un secador o ventilador, pero siempre con aire frío, hay que evitar el aire caliente que puede dañar la pieza, tiende a amarillear la tapicería.
Si tras eliminar la humedad, sí ha quedado una mancha en el colchón, antes de secarlo como hemos explicado anteriormente, hemos de limpiar la mancha, para ello, consultamos las instrucciones de limpieza que da el fabricante para saber qué tipos de lavados acepta y con qué productos. Os recomendamos evitar los productos químicos que pueden perjudicar el colchón. Lo mejor es una limpieza en seco. Podemos preparar una mezcla de agua y jabón neutro y con un cepillo de cerdas suaves o con un trapo frotar ligeramente hasta que la mancha desaparece, hay que evitar que la humedad penetre. Después de quitar la mancha del colchón, lo secaremos. Antes de probar ningún producto de limpieza os aconsejamos hacer una prueba en una zona menos visible para saber cuál será el resultado.
Un último consejo que os evitará muchas sorpresas y os ayudará a evitar que vuestro colchón se manche o se moje. Es muy útil protegerlo con una funda protectora o cubre colchón, siempre de material impermeable y transpirable para que el colchón respire y no se acumule la humedad.
Si seguimos estas instrucciones conseguiremos que nuestro colchón permanezca en perfectas condiciones de uso durante su vida útil y evitaremos la aparición de ácaros, moho, bacterias que no solo perjudican la pieza sino que pueden dañar nuestra salud. Estos microorganismos son fuente de enfermedades respiratorias como el asma, alergias, neumonías.